Nos vemos, sin fecha ni horario fijo, en algunas pantalla o sintonía radio italiana o española. Y lo mismo ocurre en medios escritos. Tengo la inmensa suerte de no depender de nadie, de no deber nada a nadie y de poder opinar libremente cuando y donde solo yo lo considere oportuno.
«Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e conoscenza»
«No habéis sido hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento»
Dante Alighieri, "La Divina Commedia", Inferno - canto XXVI

martes, 29 de noviembre de 2011

(121) La pequeña gran mujer que más he amado, un recuerdo imborrable
La piccola grande donna che più ho amato, un ricordo incancellabile

Esta vez no voy a acumular muchas palabras. No las hay, no serían suficientes para transmitir plenamente emociones tan profundas. No es fácil ni para mí que trabajo con la palabra y de la palabra vivo y he vivido toda mi vida. Pues el “seré breve” por una vez será muy cercano a la verdad.
  Esta mañana, como pueden ver en el frame aquí a lado, tuve que comentar una noticia concerniente el puente de Howrah, en Calcuta, uno de los más transitados del mundo. Y no pude evitar percibir un fuerte flashback, una vuelta atrás, frenética, la visión de una sucesión de imágenes antiguas: el puente que más de una vez crucé; una mujer bajita y enérgica; una megalópolis en continuo movimiento; cuerpos sin vida o casi sin vida tirados por las calles; otros cuerpos, hacia el final de su existencia alineados en modestas camillas en un sótano de un templo dedicado a la terrible diosa Khali.
  Fue allí - era el año 1976 - donde se cruzó en mi vida una pequeña albanesa de cuya existencia el mundo se enteraría más tarde. Agnes Gonxha Bojaxhiu, este era su nombre. Se dedicaba con un grupo de chicas y monjas, ayudadas por voluntarios de varios países, a ofrecer algo que nuestro mundo no siempre otorga: la dignidad del ser humano en el momento dela muerte.
  En los días y en las noches de ese atropellado cruce de humanidades que sigue siendo Calcuta, decenas de miles de hombres, mujeres y niños se acostaban y se acuestan en las aceras, en los umbrales de las casas, en cualquier rincón donde uno cree poder obtener un mínimo de cobijo. Y entonces, y hoy todavía, muchos no despertaban ni se levantaban. Cientos, miles, terminaban y terminan ahí su existencia, ante la indiferencia de los transeúntes, muchos de ellos titulares de propios y no indiferentes problemas.
  Pues Teresa – ese fue el nombre que Agnes adoptó y con el que más tarde la conoció el mundo – se rebeló. Sin medios, en un sótano de un templo prestado por una religión muy lejana, comenzó a recoger, cuidar y dar dignidad en el último tramo de su vida a cientos, a miles de seres humanos. Comenzó cuando la lepra era el principal verdugo y “leproso” o “apestado” no eran eufemismos, más bien palabras terroríficas que alejaban a mucha gente espantada.
  Ahí, en Khaligat, en la penumbra de ese gran sótano, tuve un gran privilegio, el inmenso placer de apretar la mano a moribundos. También, afortunadamente, la de mantener en la mía la de algunos agraciados que consiguieron salvarse. Pude acompañar y acariciar a muchos “apestados” que me regalaron sonrisas agradecidas, las que hoy todavía guardo en mi corazón y en mi mente.
  Aquí sólo quiero decir: gracias, Agnes; gracias, Mother Teresa. Sólo con conocerte y conocer tu infinito amor hacia el ser humano, ya se ha justificado mi vida. Y deja, hermana y amiga, que, a pesar de tu modestia y sencillez, siga proclamando que eres la más pequeña y la más grande de las mujeres que he conocido. La que más he amado y  que amo y admiro en un recuerdo imborrable.

viernes, 25 de noviembre de 2011

(120) Hay banqueros y banqueros, como hay periodistas y periodistas, hombres y hombres, mujeres y mujeres. Así de sencillo y afortunadamente
Ci sono banchieri e banchieri, come ci sono giornalisti e giornalisti, uomini e uomini, donne e donne. Così semplice e per fortuna


Después de estos dos tweets míos, rebotados cientos de veces, siento el impulso de escribir una carta al Consejero Delegado del banco del que soy cliente.
Aquí tenéis copia. Por favor, comentad lo que opináis de esto.


Dopo questi due miei tweets, rilanciati centinaia di volte, sento l’impulso di scrivere all’Amministratore Delegato della banca di cui sono cliente.
Ecco una copia. Per cortesia, commentate ciò che ne pensate.


Madrid, 24 Noviembre 2011. 

Estimado Sr. Consejero Delegado:
Me doy cuenta de lo precioso que es Su tiempo (“El tiempo es oro”, reza el adagio) y también de cuántos problemas Le acarrean las turbulencias financieras, económicas y políticas tan interconectadas en esta crisis que recorre el mundo occidental, el mundo este nuestro, el mundo próspero y de la barriga siempre llena, naturalmente. Esa gran parte de la Tierra que explotamos y olvidamos, con su pobreza y una crisis que allí ya tenía bien ganada su carta de naturaleza.
  Si Ud. me permite, quisiera sólo decirle que los operadores de finanzas, banqueros, brokers y todos los que trabajan con ese mediador de intercambios que, según Vespasiano, “non olet”, todos ellos tienen esperanza. De corazón, se lo digo: todavía tenemos esperanza en Uds. Y, mire Ud., acabo de comprobar que en esa esperanza creen muchos ciudadanos de a pie, hombres y mujeres cuyo denominador común son los problemas de cada día, los avatares de la cotidianeidad. Mayormente, casi universalmente, tienen algo en común: estar hipotecados, es decir “casados” con Ud. o con alguno de Sus muchos colegas.
  No Le hago perder más tiempo. Me gustaría sólo contarle que hace unas horas, cuando en Twitter lancé una breve noticia, ocurrió lo nunca visto. Fue inmediata la reacción: uno detrás de otro, llegaron los RT, esas repeticiones de mi mensaje para que pudieran leerlo en otros foros, otras gentes, más frecuentadoras d Internet.
  ¿Por qué ocurrió? Es fácil de comprender. Este fue el texto de mi noticia: «Todavía podemos tener esperanza. Sicilia, aluvión y desastres. Y un banco, sin pedirlo nadie, suspende TODAS la hipotecas de la población».
  Sí, claro, reconozco que el íncipit contenía un mensaje positivo y al mismo tiempo una chispita de provocación. La suficiente para suscitar la inmediata reacción de los frecuentadores de Twitter, muy sensible, como ciudadanos a menudo “empapelados”, hacia todo lo que concierne la relación con las entidades de crédito y ese miembro de muchas familias que es la popular hipoteca.
  Cuando más tarde añadí la información de que otro banco se había unido a la suspensión por un año del cobro de hipotecas, entonces se produjo un acelerón en las reacciones. Y alguien, no sin sorna, propuso presentar a esos bancos a la candidatura de algún premio internacional de solidaridad, defensa de los derechos humanos o similar.
  Le confieso, Señor Consejero Delegado, que en mi ya larga vida y no mucho menos largo ejercicio de la profesión periodística, ese fue el lapso más largo de tiempo que viví sin escuchar, hablando de bancos, ni un solo improperio, crítica, mofa, chanza u otra lindeza dirigida al mundo de las finanzas. Y, ya se dará cuenta Ud., no son estos los mejores tiempos para las relaciones entre ciudadanos y bancos.
  Pues no me queda más que concluir. Se trataba sólo de esto. De hacerle saber – si alguna vez se distrajo – que basta con poco para recuperar y mantener la confianza, el respeto, la debida buena relación entre Uds., proveedores de servicios, y los ciudadanos usuarios de aquello que Uds. ofrecen en sus ventanillas. Basta, como hemos podido empíricamente constatar en Twitter, con recordar esa función social con la que nacieron las primeras instituciones de crédito de la Historia. Basta, sobre todo, con recuperar algo de humanidad y sensibilidad, a la par del abandono de la codicia, la frialdad, el desinterés por la sociedad y sus atribulados habitantes.
  Seguro de su atención, manteniendo todavía viva la esperanza, quiero expresarLe mi más sentida consideración. Le transmito, con esta ocasión, los obsequios de muchos “twitteros”, mujeres y hombres dispuestos a otorgar confianza para el nuevo rumbo que Ud. querrá dar a la institución que dirige.
  Atentamente.

martes, 15 de noviembre de 2011

(118) ¿Libertad de pensamiento? Dejemos de tomarnos el pelo… El “pensamiento único” avanza, imparable y sin percibirlo conscientemente
Libertà di pensiero? Non diciamo sciocchezze… Il “pensiero unico” avanza, inarrestabile e senza che se ne abbia piena coscienza.

Hace unos cuantos años decidí que, salvo en determinados ambientes y en contadas y comprobadas compañías, nunca más hubiese debatido, en España, sobre una media docena de argumentos. Fue una rendición ante la evidencia. La comprobación de que el “pensamiento único”, y el “ningún pensamiento”, habían ganado terreno de manera apabullante a la capacidad de diálogo, al respeto de las opiniones ajenas y a las diferentes -y a veces diametralmente opuestas- visiones de la vida.
  Seguro que habrá quien objete y dirá que estoy exagerando. Y seguro que muchos lo dirán creyendo en lo que dicen. También eso lo he constatado: está muy extendido el ámbito de los tabúes y de las imposiciones ideológicas, hasta tal punto que la discrepancia, la defensa de posiciones diametralmente opuestas -casi de trinchera- o muy alejadas, todo lo que sea no seguir el santo y seña del “es así, porque sí”, es casi heroico.
  No, no es necesario enumerar. No voy a entrar en el detalle de temas, argumentos, posiciones e ideas. Sencillamente, llevo mucho tiempo constatando que lo mismo que aquí conlleva muchas dificultades, en cuanto cruzas el Pirineo, o te reúnes con amigos extranjeros, no importa su procedencia, todo se hace más fácil y en la confrontación de ideas pueden convivir opiniones tan alejadas como el Himalaya del Mato Grosso o los pingüinos de la víbora cornuda.
  Están ganando la batalla, todas las batallas y la misma guerra, los que con hábil estrategia de lavado de cerebro han hecho asumir a una parte importante de la sociedad que lo moderno, lo progre, lo avanzado y el “no va más” es pensar como parte del rebaño. Y el ostracismo para quien no quiera comulgar con ruedas de molino.
  ¿Que soy poco claro? ¡Claro! He comenzado apuntando que algunos argumentos no se me ocurre debatirlos aquí, ni tan siquiera enunciarlos. Para ello tengo otros medios, otros países y otras lenguas en las que es tan posible como normal y aceptado ¿Que soy críptico? Pues sí. Y permítanme que siga siéndolo con estas parrafadas encriptadas. Un seguro refugio para expresarse sin que te salten encima porque no piensas como el rebaño.

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Texto encriptado en Ron's Code 2 (RC2) - Key: OSA123456789 y IV: 987654321OSA

miércoles, 9 de noviembre de 2011

(117) El "pensamiento único" y los tabúes al pensar en voz alta en España, según unos twitteros
Il “pensiero unico” e i tabu quando in Spagna si pensa ad alta voce, secondo utenti di Twitter

Con la limitación de los 140 caracteres, y en tres tiempos, lancé unas preguntas en el Time Line de Twitter. No era un sondeo ni tenía la pretensión de parecerse.
  Sólo quería corroborar empíricamente algo que a estas alturas ya no necesito comprobar. Son muchas décadas aquí... Pero...
  Gracias a tod@s por no haberme dejado como un ciego o un despistado. Son las respuestas que esperaba. Todas y cada una.


Estos fueron mis tweets:

1) Pequeño test. Me gustaría leer opiniones. Por qué creéis q en España es más difícil q en otros países pensar en voz alta, discrepar -en…

2) … muchos temas- de corrientes dominantes, “pensamientos únicos”, etc... Es una observación muy evidente…  Aquí te comen vivo…

3) Me refiero a argumentos tabúes, divergencias irreconciliables, imposibilidad de poner en cuestión, etc. etc….


Y estas las respuestas de quienes intervinieron:
(Una selección de las que no han mezclado temas)

 De @jaimeabeja - @JostoMaffeo debe ser la influencia de la religión católica. Una organización basada en dogmas y con tanto arraigo hace difícil el debate
De @estePepin - @JostoMaffeo será, quizás, por fanatismo... entendiendo fanatismo por pasión? somos muy pasionales y vehementes a la hora e expresarnos, no?

De @jaimeabeja - @JostoMaffeo piense también cuántas reformas (religiosas) triunfaron en España: ninguna. Triunfaron en países mucho más avanzados (ALE, UK)

De @franleiro -  @JostoMaffeo Quizás por la tendencia fanática de nuestra educación? Defendemos nuestros ideales como quien defiende los colores de su equipo

De @JostoMaffeo - Pero no voy a opinar. Aquí voy de observador. Sólo un subrayado. España tiene lo mismo que tienen sus países vecinos. No le falta ni le sobra

De @lavidriera64 - @JostoMaffeo sigue habiendo doble moral, puedes pensar pero no lo digas... increíble y vergonzoso a estas alturas Josto

De @rosypunto - @JostoMaffeo porque no respetamos que alguien pueda tener una opinión diferente que la nuestra, queremos tener siempre razón.
De @ChusBello - @JostoMaffeo Todos te responderán por peteneras. Para tomarle el pulso a la opinión hay q sacar temas concretos. Yo no me atrevo...

De @franleiro -  @JostoMaffeo Además tiene mucha culpa la pereza, no pasamos el trabajo de informarnos más que por la única fuente que queremos escuchar.

De @JostoMaffeo - @ChusBello No, me interesa la actitud general, no tanto el tema concreto. Es una observación que apasiona e intriga a muchos visitantes.

De @lacelda24601 - @JostoMaffeo Fundamentalmente, por el sistema con que nos educan. No hay posibilidad de discrepancia o crítica. Se basa en aprendiz memoria

De @lacelda24601 - @JostoMaffeo De ahí que no estemos acostumbrados a que nos desmonten nuestros dogmas.

De @murciglero - @jostomaffeo Ejemplo: si presumes de español, se te vincula a la derecha (la sombra de Franco es alargada). Vascos, gallegos, catalanes...
De @ChusBello - @JostoMaffeo Pero filosofarán sin entrar a saco, Josto... Sin ver la realidad. Pregúntale a @ElCamisilla la libertad d opinión q impera...

De @ChusBello - @lacelda24601 @jostomaffeo Ahí tienes, Josto. Filosofía en estado puro.

De @JostoMaffeo - Interesante, interesante. Y a más aportaciones, más riqueza de material para entender, aunque es una muestra muy pequeña y circunscrita.

De @maribellhm - @JostoMaffeo la diferencia de opinión se torna en beligerancia personal
De @RamonSanchis - @JostoMaffeo 1) Por que salimos de una dictadura hace 4 días, como aquel que dice...

De @HugoFSilberman - @JostoMaffeo 1periodista a quién seguía (C.Carnicero) me bloqueó x criticar sus posiciones, comentarios y trayectoria. "En casa de herrero..."

De @olea - @JostoMaffeo tal vez inconscientemente asumimos la ideología de un bando o colectivo en lugar del pensamiento crítico individual #dosespañas

De @JCMorado - @JostoMaffeo Somos un país cainita: de izqdas o de drchas, del Barça o del Madrid. No hay términos medios, así nos va.
De @HugoFSilberman - @JostoMaffeo Entiendo p quería significar q tb hay responsabilidad nlos creadores d opinión y quienes dbn reflejar la realidad sin crispar

De @elcamisilla - @ChusBello @JostoMaffeo Valentía tuitera! Si no opinas no te equivocas! Yo, prefiero equivocarme. Además, te avisan, rectificas y arreglao!

De @lacelda24601 - @ChusBello @ElCamisilla @JostoMaffeo Si piensas diferente, o si invitas a replantear, eres un peligro, un desestabilizador.

De @lacelda24601 - @ChusBello @ElCamisilla @JostoMaffeo Cuando oigo: "Como en España, no se vive en ningún sitio". Yo pregunto: ¿En cuântos países has.vivido?  (*)

De @JCMorado - @JostoMaffeo Preferimos ahogarnos antes de aceptar la mano salvadora del rival.

De @ChusBello - @lacelda24601 @elcamisilla @jostomaffeo En "ningún sitio". Está clarísimo... No sé dónde queda, pero la mayoría lo ha visitado.
De @elcamisilla - @lacelda24601 @ChusBello @JostoMaffeo ¿vivido? ¿vivido? en España tampoco

De @florgonio - @JostoMaffeo falta de costumbre
De @ladelarco - @JostoMaffeo será la herencia d franco?

De @Aguaazulverde - @lacelda24601 Gracias por decir lo que pienso tantas veces al oir esa frase..... @ChusBello @ElCamisilla @JostoMaffeo ¡ (Se refiere a *)


viernes, 4 de noviembre de 2011

(116) Corrupción lapidaria en el aula magna. Nada nuevo bajo el sol. Y en la Universidad, tampoco
Corruzione lapidaria nell’aula magna. Niente di nuovo sotto il sole. E neppure all’Università

Todo periodista que se precie y que tenga cierto recorrido profesional debe algo a algún que otro “garganta profunda”. Por lo menos, debe el input, esa frase, insinuación o comentario, que ha constituido el estímulo inicial para recorrer el camino de un acontecimiento o la comprobación de una noticia.
  Mi último “garganta profunda” es maño. O, a lo mejor, tendría que decir “magno”. Porque es en un aula magna, la de la Universidad de Zaragoza, donde se ubica el escenario de lo que les voy a relatar.
  Huésped de ese precioso edificio muy bien restaurado y conservado, pasé al lado de Miguel Servet, hice mi agradecida reverencia al cruzarme con la efigie marmórea de Don Santiago Ramón y Cajal, subí esa escalera que lleva al rojo fuerte de los pasillos superiores y me metí en ese escenario de mil acontecimientos – académicos y no – que es la preciosa aula magna.
  Allí me esperaba mi “garganta profunda”, un auténtico cicerón en cuya memoría residían fechas, acontecimientos, detalles, circunstancias, anécdotas, citas. No, no piensen Uds. en un personaje con gabardina y sombrero bajado hasta las cejas para ocultar su identidad. Allí, bien iluminado por el sol zaragozano que filtraba por los amplios y polícromos ventanales, mi informador ostentaba vestimenta muy refinada que sabía conjugar sin estridencias lo clásico con una pizca de atrevimiento moderno.
  Y comenzó la visita del aula magna. Descripción de cada pieza y rincón, explicación de las funciones del mobiliario, algún apunte sobre ceremonial y ubicación del senado académico y un sinfín de datos interesantes o curiosos.  Hasta que llegamos a una de las dos grandes lápidas que, enfrentadas,  se apoyan en las paredes laterales; una justo detrás de la cátedra de las lecciones magistrales, la otra, a la misma altura, cerca de una puerta de servicio.
  Como pueden observar en las imágenes, su trata de dos lápidas de cierto tamaño: unos escasos tres metros de alto por un ancho de algo más de un metro. Lo habitual: superficie marmórea, con sus vetas grisáceas, e inscripción esculpida y rellenada con una pátina dorada.
  «Mármol de Carrara, como puede observar», me espeta mi “garganta profunda. «Pues eso parece…», contesto, acercándome. Y en eso mi interlocutor golpea con los nudillos en varios lugares de la lápida, que emite un sonido sordo, modernizado, el mismo con que nos contestaría el toqueteo de un armario.
  Extrañado, sorprendido, me acerco cual Santo Tomás y constato repetidamente que ese perfecto mármol de la costa toscana italiana es… vulgar madera y ni siquiera de la mejor.
  Y aquí viene la anécdota, que mucho dice de que todo ya ocurrió y no hacemos otra cosa que repetir más de lo mismo. Una consideración que, ahora que vivimos la intensidad, la vehemencia, las acusaciones cruzadas de una campaña electoral, viene al caso.
  Me explica mi informador que en un acta de 1893, un asiento contable, está muy bien anotado el gasto, nada indiferente, para la realización y colocación de esas dos grandes lápidas que a lo largo de 118 años han visto desfilar reyes, eruditos, docentes, estudiantes, autoridades y pueblo llano que ha sido protagonista o testigo de un sinfín de actos.
  Todos ignaros de que, ya entonces – un déjà vu al que estamos desgraciadamente acostumbrados –   alguien se metió en el bolsillo la conspicua diferencia entre el blancor de Carrara y el grisáceo de una madera del montón.
  Y a propósito de montón, tanto monta… Porque lo que vemos y leemos hoy en día no es nada más que la perpetuación de uno de los vicios que, cuando se presenta la ocasión y no sabe resistir la tentación, el ser humano ha ido perpetuando y perfeccionando. Hasta hoy.