Nos vemos, sin fecha ni horario fijo, en algunas pantalla o sintonía radio italiana o española. Y lo mismo ocurre en medios escritos. Tengo la inmensa suerte de no depender de nadie, de no deber nada a nadie y de poder opinar libremente cuando y donde solo yo lo considere oportuno.
«Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e conoscenza»
«No habéis sido hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento»
Dante Alighieri, "La Divina Commedia", Inferno - canto XXVI

lunes, 14 de mayo de 2012

(146) Hasta ahí podíamos llegar… Que Frau Angela Merkel y sus tijeras no nos estropeen un buen titular
Adesso basta… Che Frau Angela Merkel e le sue forbici non ci rovinino un buon titolo

 
Ya sabemos que en Carpetovetonia y Celtiberia - aun habiendo llegado muy tarde a la mesa decisional de Europa – se custodia la verdad revelada y se recopilan las recetas para arreglar entuertos e indicar al mundo el camino recto del progreso, del crecimiento y de la ortodoxia. Y no hablemos de ética y tolerancia. La patente de “progre” y “carca” sólo la pueden otorgar unos cuantos – o unos muchos – entre Fisterra y el Campo de Gibraltar, entre La Manga y Augusta Emerita.
   Aquí todavía hay editorialista que rezuman ranciedades y obsesiones del tardofranquismo. Cuando – muchos se acordarán – había editorialistas que escribían entre líneas (no había valor ni posibilidad para hacerlo mucho a las claras) y luego, satisfechos, se vanagloriaban de “haberle dado un palo” al mismísimo inquilino de turno del Elíseo, de la Casa Blanca o del Kremlin. Algo que – mutatis mutandis -  parece que siguen creyéndolo en la actualidad compañeros de profesión cuya identidad es monumentalmente ignorada por quienes moran allende los Pirineos o, si me apuran, en el barrio de al lado de su propia casa.
   Hablo de gurús, pseudogurús, aspirantes a gurús y de unos cuantos que destilan verdad revelada en formato 2.0, una etiqueta que llena la boca de modernidad y que, como celofán de floristería cara, es capaz de dar visibilidad y ruido a cualquier “parida”. Debajo y más allá de los 140 caracteres.
   ¿A qué viene esto?  En realidad, siempre viene bien recordar que la madre de los cantamañanas  (y tardes y noches…) hipersuperideologizados es multípara ad libitum. Lo certifican las lecturas y escuchas de cada día, muchas de las cuales dan motivos para estas y similares reflexiones.
   Pero el pretexto hodierno me lo dan las elecciones celebradas ayer en el land alemán de Renania del Norte-Westfalia, cuyo resultado más evidente ha sido el sonoro batacazo de Norbert Röttgen, candidato de la CDU, el partido de la canciller Angela Merkel, diana – fuera de Alemania y en modo preponderante en el sur europeo –  de las rabias, fobias y hasta odios viscerales por su incitación al uso compulsivo de la tijera.
   Pues esta mañana - en realidad, ya anoche - nos hemos podido entretener, ojeando, viendo y escuchando la información y los diálogos-debates tanto virtuales cuanto en la información y opinión soportada por papel u ondas hertzianas, con un sinfín de deformaciones de la realidad que han hecho buenos unos cuantos adagios. Como ese de que “la verdad no estropee un buen titular” o “donde no llegues con tus zapatos, ve con tu fantasía”. Máximas que, como bien podemos constatar a cada vuelta de página o de cursor, han sido adoptadas a rajatabla por gurús, santones y alevines de nuestro siempre menos fiable periodismo contemporáneo cargado más de ideología que de hechos.
   Pues mucha premisa para llegar a una conclusión que no necesita más que pocas frases. Éstas.
   No es verdad lo que unos cuantos, demasiados, están afirmando: “Castigo a la canciller por su política de austeridad y recortes”. Es falso decir o escribir que “el enésimo batacazo de Angela Merkel es el precio que paga por su empecinamiento en la ortodoxia fiscal”.
   Hablen con alemanes. Lean la prensa alemana. De centro, derecha e izquierda. Infórmense de lo que ocurre en Alemania, de lo poco que el ciudadano medio alemán sabe de recortes en nuestros países y de lo poco que les afectan. Pulsen la opinión de quienes votan en Alemania, que son lo alemanes, no los de Atenas o de Madrid, y regulen sus anteojeras.
   ¿Que nos gusta o nos disgusta – aquí – Frau Angela Merkel? Bien, lo podemos debatir y a lo mejor llegamos a un acuerdo con bastante sintonía. Pero decir que por los mismos motivos y con los mismos ojos con los que la vemos desde aquí ha obtenido esos resultados en su casa, no sólo no se corresponde con la realidad. Es una mentira en la más pura línea goebbelsiana del “muy repetida, llega a pasar por verdad”. No, me corrijo. Queda más en la línea dela Agitprop estalinista y de gentes como Andrei Zhdanov, que metía la verdad en una turmix y luego la suministraba con embudo.
   Pues lo siento por Uds. El partido de Frau Angela Merkel ayer se llevo un sonoro batacazo. Y no es el primero. Pero se lo llevó por motivos que no son los mismos que vendrían bien, desde aquí, para recargar un discurso, una tesis, una soflama.
   En Alemania, por supuesto que  a Doña Angela la ven de todos los colores. Pero – con perdón de Machín – no es la misma Angelita negra, tan negra y con tijeras, como la quieren pintar a este lado del Pirineo. Para que hile el discurso.

2 comentarios:

  1. antonimus14/5/12 17:39

    Y para llegar a una conclusión (que no una solución, porque todavía estoy esperando que nos diga porqué los alemanes han castigado a la Señora Merkel), tanta parafernalia? Esto se podía decir en un tweet y aún le sobraban caracteres.

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    1. Josto Maffeo14/5/12 18:20

      No es este blog la sede ni era mi objetivo escribir un artículo sobre las elecciones en Renania-Westfalia, que no pueden ser explicadas en “un tweet”. Para eso, hoy mismo, hay cientos de crónicas y artículos de opinión.
      Como tampoco todos es tweets y telegramas. Con esa filosofía no tendríamos ni periodismo, ni literatura ni un solo texto que fuese poco más que enunciativo. Y ni siquiera eso. La vida y las fuentes son algo más que Twitter o un blog.

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