Ortega y Gasset describe en el hombre-masa la antítesis de la figura del humanista culto. La masa es el juicio de los incompetentes, representa el triunfo de una especie antropológica que recorre todas las clases sociales y que basa su propio papel en el saber especializado vinculado a la técnica y a la ciencia.
Desde esta perspectiva la masa «es todo lo que no se valora a sí, mismo -ni en bien ni en mal- mediante razones especiales, pero que se siente "como todo el mundo" y sin embargo no se angustia, es más, se siente a sus anchas al reconocerse idéntico a los demás».
(Ortega y Gasset, 1930, 8).
«La masa arrasa todo lo que es diferente, singular, individual, cualificado y seleccionado». (Ortega y Gasset, 1930, 12).
De la estricta relación masa-demagogia ya hablaremos otro
día…