«En las últimas décadas de mi vida, cada mañana me he mirado profunda y sinceramente en el espejo más íntimo y me he preguntado: "¿Si hoy fuera el último día de mi vida, haría lo que estoy haciendo o a punto de hacer?". Y si la respuesta ha sido "No" o he dudado durante demasiados días seguidos, he entendido que había algo que necesitaba ser cambiado radicalmente».
(Steve Jobs)
A veces, no sabiendo qué regalar, reflexiones como esta, y muchas más, llevan a pensar que regalar un espejo puede ser útil. Aunque acabe en la basura. O se utilice presentando a los demás (y hasta creyéndolo o fingiendo creerlo) el lado que devuelve la imagen que más conviene. Casi siempre anestésica y analgésica.
«Negli ultimi decenni della mia vita, mi sono guardato ogni mattina profondamente e sinceramente allo specchio, chiedendomi: "Se oggi fosse l'ultimo giorno della mia vita, vorrei fare quello che sto facendo o a punto di fare?". E ogni qualvolta la risposta è stata "No" oppure ho dubitato per troppi giorni di fila, ho capito che c'era qualcosa da cambiare radicalmente».
(Steve Jobs)
A volte, non sapendo che cosa regalare, riflessioni come queste, e molte altre, portano a pensare che regalare uno specchio può essere utile. Anche se finirà nella spazzatura. O lo si utilizzi presentando agli altri (e persino credendolo o fingendo do crederci) il lato che restituisce l'immagine più conveniente. Quasi sempre anestesica e analgesica.
Mirándolo bien...
ResponderEliminar¿Lo cogen? :)
Y todo eso sin olvidar que en la tradición romper un espejo da lugar a una cadena de desastres.
ResponderEliminarMejor no mirarse mucho, no sea que devuelven la realidad y se parten por el horror.