Nos vemos, sin fecha ni horario fijo, en algunas pantalla o sintonía radio italiana o española. Y lo mismo ocurre en medios escritos. Tengo la inmensa suerte de no depender de nadie, de no deber nada a nadie y de poder opinar libremente cuando y donde solo yo lo considere oportuno.
«Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e conoscenza»
«No habéis sido hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento»
Dante Alighieri, "La Divina Commedia", Inferno - canto XXVI

domingo, 5 de enero de 2014

(202) ”Estimados Reyes Magos: Yo también tengo memoria
”Cari Re Magi, anch’io ho memoria”.


Estimados Reyes Magos. Majestades:

Lejos de mí la intención de aguar Vuestra fiesta, sobre todo la de muchos niños que todavía flotan entre sueño y realidad, entre la vida cotidiana y los vuelos de la fantasía, con los ojos resplandecientes de ilusión, gracias a una sana tradición que, entre otras cosas, distribuye a mansalva sonrisas y emociones.
Pero tengo memoria. Y hoy, ojeando lo medios de información en todos sus soportes veo titulares, textos e imágenes que me hacen recordar como si fuese ahora mismo.
Recuerdo todos y cada uno de los cuerpos destrozados en los seis atentados a pocos metros de la puerta de mi domicilio madrileño, cuando era el bombazo y no el despertador a levantarme de la cama. Recuerdo a cientos de víctimas, hechas pedazos por la furia asesina en años en los que había que ir al escenario de la matanza para poder relatar el horror en toda su extensión bárbara e inhumana.
Recuerdo los años duros, los durísimos y los de las muertes intermitentes, como intermitente, en su permanencia, fue, ha sido y sigue siendo el chantaje.
Pero eso es conocido y suele recordarse, con mayor o menor detalle. Está instalado de alguna manera en la memoria colectiva.
Cuando digo que tengo memoria, sin embargo, quiero referirme a esta mi profesión de toda la vida en la que, a pesar de todo, sigo creyendo. A un periodismo de algunas luces y muchas preocupantes sombras, sesgos, compraventas, falsificaciones, hipocresías, ambigüedades calculadas y grandes omisiones.
Los viejos del lugar me incluyen en esa media docena o poco más de “corresponsales históricos” que acompañamos la Transición y narramos, día tras días, esa España rezagada, pobre, mal equipada y con muchos males endémicos que la hacían “diferente”. Un país que quería soltar el largo lastre de la dictadura y caminar mirando hacia delante, bajar la altura de los Pirineos e integrarse con pleno derecho y con todas sus consecuencias en la Europa de la que siempre ha sido parte.
Ese grupo de corresponsales contamos todo eso, lo explicamos a los demás europeos, más avanzados en casi todo menos en el gran entusiasmo y en el anhelo español de salir de la injusta situación en la que los avatares de la Historia habían relegado la tierra de Cervantes. Ese grupo de corresponsales fuimos cómplices de ese proceso, nos entusiasmamos, colaboramos a “vender” esa imagen activa de la España que quemaba etapas con inteligencia (y no pocos sustos). Hasta llegamos a pasarnos, conscientemente, en descripciones y análisis. Porque las resistencias externas (quiero olvidar a los países más insolidarios) eran fuertes. Algunos, no muy lejanos, preferían perpetuar esa comida maldición de que “África comienza en los Pirineos” porque siempre viene bien tener al pariente más cercano pobre, necesitado y controlado.
Pues a esos años, largos años de vicisitudes, quiero referirme. Porque no olvido. Recuerdo perfectamente cuando fuerzas políticas y sindicales (fui por una década y media presidente del Círculo de Corresponsales) me obligaban a extenuantes negociaciones para celebrar encuentros, comidas informativas indispensables para conocer de primera mano la postura de todos, incluido el mismísimo Satanás. Y a veces escuchábamos propuestas tan peregrinas como “nos vemos en las cercanías de Behobia, a lo sumo cerca de Burgos. Pero a la meseta no bajamos, sería una claudicación política”.
Y sin embargo no es eso lo que recuerdo, hoy, viendo esas imágenes de una reunión vergonzante y desafiante y los textos que acompañan la siniestra iconografía.
Quiero recordar, porque tengo memoria, a esos numerosos periodistas españoles que en esos largos años intentaron vendernos una burra siniestra a nosotros, colegas foráneos que no nos chupábamos el dedo y teníamos ojos y oídos. Intentaban convencernos, entre un café, una cena o un encuentro casual en un pasillo, de que había una “ETA buena” y una “ETA mala”. Ante tanta sangre y tanto horror irracional, el justificacionismo (permítanme el palabro) fue una larga insidia muy difusa y reiterada.
Hoy, viendo esas imágenes de Durango, recuerdo a todos y a cada uno de los que nos intentaban vender ese cuento. Unos se fueron, otros fundaron o dirigieron medios de información, otros más siguen escribiendo y opinando en papel, en webs o poniendo su cara ante las cámaras. No son pocos, créanme, y muchos pululan por las redes sociales. Algunos han tomado conciencia de ese error de percepción, de esa complicidad directa o indirecta con el terror, otros siguen con la “ambigüedad calculada” a golpes de palos y zanahorias.
Pues como tengo memoria podría seguir aquí con una larga lista de nombres. Pero ¿para qué? Sigo creyendo que la mejor ubicación de ciertos individuos es la antesala de mi total indiferencia. Bastante tengo con negociar y pelear con mi propia conciencia.
Queridos Reyes Magos: disculpen que tenga memoria y una memoria de este tenor en un día que es de fiesta, Su fiesta y la de niños y adultos de buena voluntad que miran al futuro con esperanza.
Tienen Uds. todo mi respeto y admiración, Majestades. Me llamo Josto Maffeo. Desde siempre, un ser humano. Desde casi siempre, periodista. Pero con memoria.
 

6 comentarios:

  1. Miriam L.5/1/14 12:45

    Personas como Usted son a menudo más españolas, sin serlo, que muchos españoles de boquilla. Gracias por haberse esforzado en conocernos y aguantarnos. Y por su "complicidad" en años difíciles.

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  2. @MarianoArenas5/1/14 12:48

    Enhorabuena por tu excelente artículo. Qué es un país sin memoria?? Simplemente nada. Hemos de recordar cada portada.

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  3. @MelchorMiralles5/1/14 12:52

    Enhorabuena por tu excelente artículo. Qué es un país sin memoria?? Simplemente nada. Hemos de recordar cada portada

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  4. Valiente, honesto y con rostro, nombre y apellido.
    Gracias por contarnos/recordarnos también esas vergüenzas muy nuestras.

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  5. Laperplejidadesmiestado5/1/14 15:47

    Con mil disculpas. pero que tenga el valor de decir estas cosas un no español nos tendría que avergonzar.

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  6. Martín R.5/1/14 22:28

    Le sigo desde hace muchos años y mi italiano me ha permitido también leerle en su lengua cuando viví en Roma. No podía esperar algo menos y algo más claro.
    Gracias y un saludo desde San Sebastián.

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