No merece la pena
perder tiempo en un enésimo artículo.
Con algunas líneas es más que suficiente.
Estas:
Nunca me
reconoceré en una sociedad que niega la existencia de sentimientos auténticos.
Nunca tomaré
parte en la ceremonia y en la cultura del “sospecha, siempre y por si acaso”.
Nunca podré dar
coba ni mucho menos crédito a los de la soporífera retahíla: “Todos malos y
corruptos, menos yo”.
Y mucho menos
colaboraré en mantener en vida el goebbeliano culto de la mentira y del
infundio sin base: “Ensucia, que algo queda”.
Para esto y algo
más, me declaro en rebeldía.
Que lo arreglen
ellos, los gurús sabelotodo de la mucha labia. Una comunidad que va “in
crescendo”.
Por último, una propuesta a la RAE para un palabro multicomprensivo: “fanatofiliofóbico”
IN MEMORIAM
Paul Joseph
Goebbels
(Rheydt, 29 de
octubre 1897 – Berlín, 1 de mayo 1945)
un día aprenderemos que el defender nuestras cosas no necesita atacar las cosas de otro, que para ser mejor persona no se puede hacer peor persona a otros, que otros sienten, que padecen que se equivocan cuando quieren acertar, que son capaces de acertar, aprenderemos a respetar sentimientos, ideas, opiniones, creencias, virtudes y defectos
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