Ortega y Gasset describe en el hombre-masa la antítesis de la figura del humanista culto. La masa es el juicio de los incompetentes, representa el triunfo de una especie antropológica que recorre todas las clases sociales y que basa su propio papel en el saber especializado vinculado a la técnica y a la ciencia.
Desde esta perspectiva la masa «es todo lo que no se valora a sí, mismo -ni en bien ni en mal- mediante razones especiales, pero que se siente "como todo el mundo" y sin embargo no se angustia, es más, se siente a sus anchas al reconocerse idéntico a los demás».
(Ortega y Gasset, 1930, 8).
«La masa arrasa todo lo que es diferente, singular, individual, cualificado y seleccionado». (Ortega y Gasset, 1930, 12).
De la estricta relación masa-demagogia ya hablaremos otro
día…
Claro. Cuesta menos esfuerzo gritar y dejar que piensen los demás.
ResponderEliminarLuego se enfadan cuando despiertan y se siente manipulados, pero nunca han participado.
Es mucho más fácil acumular rabias y cabrearse cuando el ganado se ha escapado.
ResponderEliminarPero antes nadie ha hecho nada ni se ha dado cuenta (o no se ha querido enterar)de lo que pasaba a su alrededor.
Siempre se necesita a alguien – políticos, demagogos, medios, etc. – que empujen y despierten. Entonces las masas sustituyen al individuo, que hasta ahí se olvidó de ser ciudadano. Observando e informándose.
Así nos va en esta sociedad.
Saludos.
Marcela
Sin duda quienes maneja todo quieren que todos seamos masa amorfa y sin pensamiento personal y crítico. Nos quieren felices o resignados en la caverna y fomentan que apedreemos al filósofo cuando vuelva para decirnos la verdad.
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