Nos vemos, sin fecha ni horario fijo, en algunas pantalla o sintonía radio italiana o española. Y lo mismo ocurre en medios escritos. Tengo la inmensa suerte de no depender de nadie, de no deber nada a nadie y de poder opinar libremente cuando y donde solo yo lo considere oportuno.
«Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e conoscenza»
«No habéis sido hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento»
Dante Alighieri, "La Divina Commedia", Inferno - canto XXVI

domingo, 23 de marzo de 2014

(207) Gracias, muchas gracias y hasta siempre, Adolfo Suárez
Grazie, grazie mille e addio, Adolfo Suárez


«Los grandes espíritus han encontrado
siempre la violenta oposición de mentes
mediocres.
La mente mediocre es incapaz de comprender
al hombre que rechaza plegarse ciegamente
ante los prejuicios convencionales y que elige
expresar sus propias opiniones con coraje
y honradez»
 
(Albert Einstein, “Carta a Morris Raphael Cohen”, 1940)

 



 
Adolfo Suárez acaba de morir.


Pocas línea apresuradas, a lo mejor atropelladas, justo cuando todavía corren los primeros flashes de agencias. Ya se han escrito miles de artículos, otros miles aparecerán, como han fluido y fluirán horas y horas de radio y televisión. Y los bits en Internet, millones y millones.
 
  Que tuve el honor y el placer de conocer a Adolfo Suárez en años difíciles, no creo que pueda tener trascendencia. Sí la tiene para mí, porque fue importante en mi esfera personal, humana y profesional.
 
  Fui cronista de esos avatares, de la aventura de todo un pueblo que quería correr hacia el futuro con no pocos temores en ese presente. Muchos lo fuimos, viniendo desde fuera, y además de testigos a menudos fuimos “cómplices” de una aventura no común en nuestro continente.
 
  Salió lo mejor que fue posible. Diría que mejor, imposible. Aunque es fácil, hoy, disertar a toro pasado y sin las pesadillas, los fantasmas y el aliento de muchos temores soplándonos en la nuca. También hay quienes se permiten un lujo hoy muy barato: ningunear, menospreciar, pero gozando el fruto de lo que entonces ocurrió y que fue posible porque grandes hubo artífices, y uno de ellos, en primerísima línea, Adolfo Suárez.
 
  No añado más. Sólo quiero rogar que quien pueda y quiera, rece. Quien pueda y quiera, reflexione. Sobre lo que ocurrió, lo que se consiguió y, sobre todo, lo que afortunadamente no ocurrió y sin embargo en muchos momentos se temió: que los tiros de la esperanza salieran por la culata.
 
  Gracias, Adolfo. No por haber sido el “hombre providencial”. Más bien por haber sido un español normal, tan normal que fuiste la mejor síntesis de lo mejor de la normalidad sensata de unos momentos históricos. Y supiste interpretarlos, con la colaboración de muchos, con errores y aciertos, llevando la nave hacia aguas abiertas a grandes horizontes.
 
  Gracias, muchas gracias. Y hasta siempre.
 

 
Adolfo Suárez González
(Cebreros, Ávila, 25 de septiembre de 1932  † Madrid, 23 de marzo de 2014)






* Con la venia de los colegas de Time, me tomo
esta libertad en una portada que ya pertenece
a la Historia y a la memoria de muchos.
 


 

3 comentarios:

  1. Grande, grande, D. Josto.
    tener a amigos de este país como Ud. es impagable.
    Gracias.

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  2. Marisa T.23/3/14 17:10

    La gratitud y el reconocimiento en este país no son moneda corriente. El olvido y el ninguneo campan a sus anchas y muchos se regodean en esos lodos.
    Que luego llegue alguien que no nación aquí y que escriba estas cosas, eso me cabrea muchos más.
    Pero se la agradezco, también de parte de quienes no quieren tener memoria.
    Un saludo desde Elche.

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  3. Bienaventurados los que tienen memoria, porque a ellos va el agradecimiento de muchos que no queremos perderla.
    Gracias.

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