Hay
talentos y talentos
Sobre todo, muy poco talento
No es la primera ni será la última vez. Estando inmersos en crisis y
problemas de todo tipo, los sobresaltos tienen ya una sucesión siempre más
frenética y aparentemente sin solución de continuidad. Me refiero a las
vicisitudes de nuestra Unión Europea, pero lo mismo puede decirse para nuestra
época de nuestro mundo.
La larga noche chipriota que hemos dejado atrás es el
último ejemplo de una chapuza compartida, de una larga sucesión de
manifestaciones de ineptitudes, improvisaciones e irresponsabilidades,
individuales y colectivas.
Unos pagarán más que otros. Otros saldrán indemnes. Y
otros más saldrán ganando. Pero inocentes muy pocos. Porque muy pocos pueden
decir: “No sabía nada”.
Lo ocurrido, muy a propósito estando en Semana Santa,
ha traído a mi memoria una parábola, la de los talentos. Siempre actual, ahora cobra
aún más actualidad.
Pero estoy seguro que cada parte implicada – UE, FMI,
Chipre, Rusia, nosotros mismos – hará malabarismos para leerla como dirigida a
todos los demás, menos que a él.
... un hombre que, yéndose de viaje
llamó a sus siervos, y les confió su hacienda. A uno dio cinco talentos, a otro
dos y a otro uno; a cada uno según su capacidad, y se fue.
El que había recibido cinco talentos
marchó enseguida a trabajar con ellos y ganó otros cinco. Asimismo, el de los dos ganó otros dos. Pero el que había recibido uno, solo fue, cavó en la tierra, y guardó allí el dinero de su señor.
“Después de mucho tiempo, volvió el amo de aquellos siervos y les tomó cuenta. Llegó el que había recibido cinco talentos, y presentó otros cinco, diciendo: “Señor, me entregaste cinco talentos; He aquí otros cinco que he ganado”. El amo le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor”.
Se presentó también el de los dos talentos y Dijo: “Señor, me entregaste dos talentos; mira he ganado otros dos”. Díjole su amo: “¡Bien siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó también el que había recibido un talento y
dijo: “Señor sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges
donde no has esparcido. Tuve miedo y fui y escondí tu talento en la tierra. He
aquí lo tuyo”.
Su amo le respondió: “¡Siervo malo y perezoso!
¿Sabías que quiero cosechar donde no he sembrado y recoger donde no he
esparcido? Debías pues haber entregado mi dinero a la banca, para que al volver
yo, retirase lo mío, con intereses. Quitadle pues el talento y dádselo al que
tiene diez. Porque a todo el que tiene se le dará y le sobrará, pero al
que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, arrojadlo
a las tinieblas exteriores”. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
(Parábola de los talentos. Mateo, XXV 14-30)
Muy bien traída la parábola. También estoy de acuerdo con que no vale eso de echar balones fuera. Hay responsabilidades más graves pero las hay también entre los ciudadanos.
ResponderEliminarNadie se quejaba cuando cobraba altos intereses en Chipre, como nadie decía nada viendo que había un paraíso fiscal en la Unión.
Pues ahora a tirar talentos-euros porque muchos, incluidos los chipriotas, han demostrado tener poco talento.
Felices Fiestas!
Sólo puedo decir: ¡Amén!
ResponderEliminarUd. es un optimista. ¿De veras cree que hay muchos en condición de comprender el mensaje contenido en la parábola?
ResponderEliminarSi así fuera, tendríamos solucionada la mitad de los problemas.
Saludos.