Salía yo, esta
mañana, de Radio Nacional de España, ese oasis que es Prado del Rey, y por un
motivo que aquí no viene a cuento, reflexionaba sobre el gerundio y lo que este
tiempo verbal da de sí.
En pocos instantes
me di cuenta de que los periodistas, sobre todo los que estamos en varios “ajos”
– radio, televisión, foros, etc. - tenemos un gerundio profesional:
Largando
Y fue en eso, en la elaboración de esa intima
disertación y exegesis del verbo, cuando se hizo la luz. Decidí – no sé bien si
constituirá precedente sobre el que se asentará una sana costumbre – de que es
tiempo de sustitución. Gerundio por gerundio, amigos lectores, he decidido.
Hasta el lunes, salvo un breve paréntesis mañanero, el gerundio de guardia va a
ser, con su permiso,
Descansando,
que es la puesta a
punto de las sinapsis, el lavado de la verborrea, el alijado de la culata del
narcisismo. Pues a descansar. En tiempo presente... y prolongado.
Pues
no. Esa una cuestión de coherencia. No me da la real gana de traducirme al
italiano. Estoy en mi nuevo gerundio. Como un rey.
Me apunto. Y no escribo más, porque cansa.
ResponderEliminarArturo F.
Molto bene, bravo! Eso no se discute. Cada gerundio a su tiempo, que el Señor també tuvo su séptimo gerundio y hay que observarlo. Sirve, además, para retomar fuerzas y reflexionas. A los periodistas os viene de perlas…
ResponderEliminarMicaela Ruiz