Dicen que somos superficiales, poco serios, sensacionalistas,
irresponsables, escorados, sesgados y no sé cuántas cosas más. Un desastre, o
casi. Hasta de la crisis económico-financiera que atravesamos, nos hacen
responsables.
Y aquí y
ahora, cuando nos aproximamos a una cita con las urnas, cualquier cosa que
podamos escribir, narrar o enseñar, todo lo que hacemos es observado con
desconfianza y sospecha. ¿Por cuenta de quién? ¿En contra de cuál partido? Eso
se preguntan por ahí, mirándonos de reojo, como parte activa de la contienda.
A lo mejor,
sin ser todos y todas culpables de alguno o de todos los males que nos achacan,
algo mal tenemos que haber hecho. Y es probable que sigamos haciéndolo, para
seguir ganándonos a pulso esa merma de confianza que galopa entre quioscos, pantallas
y receptores de radio. Del mundo de Internet, donde el control es menor y la
rapidez conlleva mayores riesgos, mejor no hablar.
Pues sí. Para
algunos somos periolistos, otros piensan que somos unos indocumentados que
producen paridas, los más desconfiados nos ven al permanente servicio del poder
o de un contrapoder. Vamos, que somos la canallesca y que iremos al Infierno, a
ese infierno tan exclusivo que ha imaginado un simpático vídeo del diario
uruguayo “Últimas Noticias”.
Vamos a
echarle un vistazo y después, colegas, hagamos un sincero y profundo examen de
conciencia. Y absténganse los que deshornan la profesión a sabiendas, los hijos
de la Gran Bretaña profesionales, los caraduras, los vendidos al mejor postor y
los socios eméritos de la “canallesca”. Ya saben, en este mundillo nos
conocemos y conocemos vicios y virtudes de cada uno.
¡Hala! A
visitar el Infierno de los periodistas. Y a sonreír, pero sin muchas alegrías. Porque
cuando el río suena...
Hay de todo, es evidente. Pero no puedo concebir una sociedad sin información, por sesgada, de parte o interesada que sea en algunos medios y profesionales. Un mundo sin información, sin alguien que “levante la liebre”, sería un mundo mucho menos libre.
ResponderEliminarYa será cosa nuestra discriminar y hacernos una opinión.
Pero prensa, por supuesto. Buena, mala y regular. Como en todas las profesiones y actividades humanas.
Gracias por sus pinceladas que invitan a pensar.
Carolina Fariñas
“… superficiales, poco serios, sensacionalistas, irresponsables, escorados, sesgados…”. Vale. ¿Y los que tuiteamos, hablamos en casa, nos calentamos en un bar, discutimos en la oficina, qué? Eso es normal como la vida misma, aun siendo verdad que de la prensa habría que esperar más equilibrio. Pero tampoco que un periodista sea un superman por encima de todo y con un alma angelical.
ResponderEliminarLo que tendría que hacer a escuela, más que adoctrinar, es desarrollar en los chicos la capacidad de saber leer entre líneas y separar la paja del trigo para formarse una opinión.
Esa es la gran asignatura pendiente de escuela y profesores.
En resumidas cuentas, que no hay que pedir peras al olmo…
Jorge Alandete
Cada día más, la mayoría de los medios –todos, desde la radio a la prensa escrita en Internet– son más parte de cualquier conflicto. Es difícil encontrar un medio que se coloque, valga la redundancia, en medio, sin tomar postura partidista.
ResponderEliminarNo cabe duda de que hay periodistas honrados y preparados, también se puede imaginar lo difícil que lo tienen cuando la mayoría toma partido. Pero se agradecería más información y que no den la posibilidad que nosotros, los usuarios, nos hagamos una opinión independiente.
Arnaldo Riera - Tarragona