

Hoy, como guiri observador, como alguien que lleva unas cuatro décadas en la ventana que da hacia el patio de los aconteceres españoles, y que de esos aconteceres ha sido testigo privilegiado, narrador y analizador, cuando no “cómplice”, tengo que rescatar ese tan manoseado “Me duele España”.
Lo digo con pesar y cariño. Muchos saben que no suelo ahorrar críticas, que no me corto la lengua ni cuando opino sobre este país que me hospeda como tampoco sobre el que me vio nacer. De cada uno creo poder indicar defectos, vicios y distorsiones, así como excelencias, prominencias y valores. Por eso, y por esa familiaridad que tengo con este mi entorno, repito: hoy me duele y mucho España. Mucho más que en muchos otros momentos en los que he pensado, y he dejado escrito o comentado, según el medio, que por ahí íbamos mal. O peor.

En resumidas cuentas, contemplamos y padecemos una alocada, irresponsable y moralmente criminal huida desde ningún sitio a ninguna parte, cuyo peaje, acabe como acabe el viaje, lo pagarán varias generaciones. No se trata de ser agoreros, basta con no ser miope a tal punto de confundir el gazapo que salta del sombrero de copa de un mago con el irresponsable malhechor que violenta la cerradura de la vasija de Pandora.
No creo que sea este el momento más sereno para justificar o encontrar atenuantes apelando a quimeras y ensoñaciones, a una Historia manipulada por muchos y a supuestos derechos mitificados que procederían de singularidades, superioridades, atipicidades y otros sentimientos insuflados por demasiados flautistas de Hamelín recalentadores de masas.
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Diosa Némesis, II-III s. a.C. Ruinas de Aquincum, Budapest |
Y no escapan a sus responsabilidades los tibios, los permisivos, los posibilistas, los oportunistas, los irreflexivos con sus entusiasmos del "laissez-faire", los que hacen del “todo vale” su bandera, los que se llenan la boca con la palabra “pueblo” y olvidan que un pueblo son individualidades que viven juntas, seres humanos. Y de ciertos medios de comunicación que hemos visto dar vueltas copernicanas, casi mejor no hablar. Pues la Historia no se olvidará, en su némesis, tampoco de estos muchos y multicolores (ir)responsables.
Yo ya no seré testigo de muchas de esas consecuencias que ya son inevitables, aunque – ¡ojalá! – todavía algo contenibles. Quieren que les diga la verdad? Egoístamente, no lo siento, aunque como periodista subyace la curiosidad.
Lo que sí les garantizo – y tener esta aflicción no es una patología de derechas, centro o izquierdas, ni de arriba o de abajo, porque sólo se trata del resultado de la observación de los aconteceres – es que aquí y ahora me duele España. Mucho Mas que en cualquier otro momento..
Sinceramente.
Fdo: Su guiri perplejo y seriamente preocupado
Sí Señor. Con dos 0_0 Don Josto. No podía esperar otra cosa de Ud.
ResponderEliminar¡¡¡Chapó!!!
Y Visca Italia y el Piamonte :)
Hay mucha lucidez en lo que dice. El valor de decirlo, ese se lo suponía porque lo he escuchado y leído en el diario y en la Rai. Es que viví en Roma unos años.
ResponderEliminarGracias por tener ideas firmes y claras y gracias por la amistad que expresa en sus línea.
Un beso en la frente.
He leído pocas veces algo más claro y contundente, además viniendo de un no español.
ResponderEliminarGracias, de parte de muchos y muchas.
¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ...
ResponderEliminarY no quiero quitar espacio a nadie,
Senyor “guiri”: Ningú aturarà la voluntat de ser lliures dels catalans. Tampoc els italians venuts.
ResponderEliminarCuando alguien es honrado, también es valiente y habla alto y claro.
ResponderEliminarMi admiración. Total.
¡¡¡Evvia la Italia, hombre!!!
ResponderEliminarDios se lo pague. Es Usted un Señor y muy Señor mío.
ResponderEliminarAnte sus palabras, y mientras que muchos españoles callan, me descubro.
Sea Ud. feliz, a pesar de que se diga perplejo y preocupado.
¿A santo de qué viene que un italiano meta las narices en lo que queremos? Mire a su Bota llena de mafiosos y déjenos en paz. Estos nos son sus países.
ResponderEliminarAcabáramos con estas locuras colectivas.
ResponderEliminarTengo 24 años y sí sé lo que fue y lo que costó la Transición. Me lo enseñaron en casa y me he documentado. Tiene toda la razón. No se puede permitir desperdiciar por locuras y ambiciones lo que se consiguió con sentido común entre personas antes enfrentadas.
ResponderEliminarGracias porque España es mi futuro.
Si me lo permite, un beso en la mejilla.
Veo que todos le aplauden. ¿Qué ha dicho?
ResponderEliminarFascismo oculto, creo.
Eliminar- Las siguientes dos frases dejan claro que no quieres un referéndum y que quieres ver a Cataluña sufrir.
ResponderEliminar"Y no escapan a sus responsabilidades los tibios, los permisivos, los posibilistas,"
"Yo ya no seré testigo de muchas de esas consecuencias (...) Egoístamente, no lo siento,"