Nos vemos, sin fecha ni horario fijo, en algunas pantalla o sintonía radio italiana o española. Y lo mismo ocurre en medios escritos. Tengo la inmensa suerte de no depender de nadie, de no deber nada a nadie y de poder opinar libremente cuando y donde solo yo lo considere oportuno.
«Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e conoscenza»
«No habéis sido hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento»
Dante Alighieri, "La Divina Commedia", Inferno - canto XXVI

jueves, 13 de enero de 2011

(29) Muerte prematura y algo exagerada
Morte prematura e alquanto esagerata

«Mira alrededor: lo primero que se hace al llegar a una redacción de informativos, en radio como televisión, es leer o por lo menos echar un vistazo a la prensa del día. Y lo último que se suele hacer en las redacciones de los periódicos, poco antes del cierre de la primera edición del día, es ver como titulan los telediarios de la noche».
  Esto comentábamos con la compañera, todavía joven pero curtida en nuestros menesteres, porque ambos veníamos de una divertida y perpleja charla sobre las exageraciones de un conocido personaje. Alguien que a los periodistas del papel nos ve casi como a dinosaurios y que a diario vaticina nuestra muerte inminente. Lo afirma en parte convencido y en parte con exageraciones que son sintomáticas de su carácter de gran provocador, cínico y a menudo ameno.
  Venía yo, esta mañana, también de la lectura del enésimo debate en un foro de conocidos jóvenes periodistas de la web – blogeros, redactores del online y de nuevas formas de expresión instantánea – y venia de leer allí también, en ese foro, la enésima afirmación de que el papel está en las últimas, que los kioscos pueden cerrar de un momento a otro.
  Que estamos en momentos de transición, nadie lo niega. Pero ni más ni menos, o de manera parecida, que cuando se afirmaba que el nuevo invento, la radio, mataría a la prensa. Luego vino la televisión, supuesto killer de la radio. Y ahora el candidato al rol de verdugo sería el mundo on line, ejecutor de la prensa de papel y de todo lo demás que ha venido después.
  Pues nadie niega que estamos atravesando una crisis de crecimiento, que la introducción de nuevos canales de comunicación está alterando el panorama y esta nueva profesión. Pero también es verdad que, por enésima vez, esa boutade de Mark Twain, en su carta al New York Journal, vuelva a ser una ocurrencia de estricta actualidad: «Las noticias sobre mi muerte han sido algo exageradas».

«Guardati attorno. La prima cosa che si fa giungendo in redazione, in quella di un tg o di un giornale radio, è leggere o comunque dare un’occhiata alla stampa del giorno. E l’ultima cosa che si fa, prima di chiudere la prima edizione di un quotidiano, è dare un’occhiata ai titoli dei tg della sera e deklla notte».
  Era questo il commento, stamani, con una collega ancora giovane ma veterana nella nostra professione, perché entrambi venivamo da una divertente e perplessa chiacchierata sulle esagerazioni di un noto personaggio. Qualcuno che noi giornalisti della carta stampata ci vede quasi come dinosauri e che quotidianamente vaticina la nostra morte imminente. Lo afferma in parte convinto e in gran parte con esagerazioni sintomatiche del suo carattere di grande provocatore, cinico e spesso ameno.
  Io venivo, stamani, anche dalla lettura dell’ennesimo dibattito in un foro di noti giovani giornalisti della web – bloggers, redattori dell’online e di nuove forme di espressione istantanea – e venivo dalla lettura, sempre in quel foro, dell’ennesima affermazione che la carta stampa vive i suoi ultimi giorni, che le edicole possono chiudere da un momento all’altro.
  Che ci troviamo in un momento di transizione, questo nessuno lo nega. Ma né più né meno o in modo simile a quando si affermava che la nuova invenzione, la radio, avrebbe ucciso la carta stampata. Poi venne la tv, ipotetico killer della radio. Ed ora il candidato al ruolo di boia sarebbe il mondo online, giustiziere della stampa cartacea e di tutto ciò che è venuto successivamente.
  Nessuno nega che si stia attraversando una crisi di crescita, che l’introduzione di nuovi canali di comunicazione stia alterando il panorama e la nostra professione. Ma è altrettanto vero che, per l’ennesima volta, questa boutade di Mark Twain, nella sua lettera al New York Journal, orna ad essere una trovata di grande attualità: «Le notizie sulla mia morte sono state alquanto esagerate».

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