Nos vemos, sin fecha ni horario fijo, en algunas pantalla o sintonía radio italiana o española. Y lo mismo ocurre en medios escritos. Tengo la inmensa suerte de no depender de nadie, de no deber nada a nadie y de poder opinar libremente cuando y donde solo yo lo considere oportuno.
«Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e conoscenza»
«No habéis sido hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento»
Dante Alighieri, "La Divina Commedia", Inferno - canto XXVI

viernes, 8 de abril de 2011

(66) Políticos y medios de comunicación: demagogia e inoportunidad en clase business
Politici e media: demagogia e inopportunità in business class

Fue cuestión de minutos, de pocas horas, hasta que en la Red, en las redes sociales, sobre todo en Twitter, las reacciones a la noticia ascendieran el pódium de los “trending topics”. La cibertestosterona – hormona que en Internet, a menudo cómplice el anonimato, mueve todo lo que se mueve a velocidades cercanas a las de las ondas hertzianas – fue muy activa. Disfrazados de santa indignación, los adjetivos, epítetos, insultos y un amplio abanico de lindezas llegaron como dardos venenosos y dolorosos al cuerpo de Sus Euroseñorías.
  Había ocurrido que, en una votación que nunca hubiese alterado las actuales normas, socialistas y populares españoles habían rechazado en el europarlamento la posibilidad de bajar de la clase business a la turista en los vuelos pagados por Bruselas. Sólo un puñado de españoles, nacionalistas catalanes y ecoizquierda, habían apoyado la medida en pro de la austeridad.
  En momentos en los que el paro galopa hacia los cinco millones de personas que buscan o que ya no buscan un trabajo porque desesperan, en días en los que la desilusión, la incertidumbre, los problemas personales y familiares se entremezclan con los nubarrones que pintan el futuro, la reacción fue inmediata. Y fue Internet el medio en el que se desahogaron cabreos y frustraciones, indignación y rabia. Twitter, con el #eurodiputadoscaraduras, fue la urna electoral que recogió una auténtica avalancha de reacciones durísimas.
  Claro, los medios on line, las radios y las teles, antes de que sus hermanos de papel hicieran lo mismo pocas horas después en los quioscos, retroalimentaron y amplificaron el clamor hasta que cundió la preocupación en los partidos. Y estos empezaron a correr de un comunicado a una entrevista, de una nota a un tweet, en el intento de que el fuego no llegara a hoguera preelectoral. Pero, como reza el adagio – “enloda que algo queda” – el daño ya estaba hecho.
  ¿Conclusión? Pues que una vez más la demagogia, la desinformación, el titular de trazos gruesos, la rapidez de Internet y otros ingredientes montaron el circo. Poco importa si la medida votada en el europarlamento no hubiese podido cambiar nada y que el estatuto del parlamentario europeo, vuelos en business incluidos, sólo se puede modificar por otros cauces.  
  Ahora bien, nadie queda indemne. En este recalentamiento de los instintos básicos del linchamiento on line, políticos y medios han tenido sus precisas responsabilidades. Por la solemne inoportunidad los primeros, por la demagogia barata los de mi gremio.     

  
  
Questione di minuti, di poche ore, finché nella Rete, nelle reti sociali, soprattutto in Twitter, le reazioni alla notizia hanno cominciato a scalare il podio dei “trending topics”. Il cibertestosterone ormone che in Internet, spesso complice l’anonimato, muove tutto ciò che si muove a velocità prossime a quelle delle onde hertziane è stato molto attivo. Ammantati da una santa indignazione, gli aggettivi, gli epiteti, gli insulti e un ampio ventaglio di ossequi hanno colpito come dardi velenosi e dolorosi gli Euro-onorevoli.
  Era accaduto che, in una votazione che mai e poi mai avrebbe alterato le attuali norme, socialisti e popolari spagnoli avessero respinto nell’europarlamento la possibilità di scendere dalla classe business alla turistica nei voli pagati da Buxelles. Solo un manipolo di spagnoli, nazionalisti catalani ed ecosinistra, aveva appoggiato la misura nel segno dell’austerità.
  In momenti in cui la disoccupazione galoppa verso i cinque milioni di persone che cercano o che già non cercano un lavoro perché disperano, in giorni in cui la disillusione, l’incertezza, i problemi personali e familiari si intersecano con i nuvoloni che dipingono il futuro, la reazione è stata immediata. Ed è stata Internet la via per lo sfogo di incavolature e frustrazioni, indignazione e rabbia. Twitter, con #eurodiputadoscaraduras, ha costituito l’urna elettorale che ha raccolto un’autentica valanga di reazioni durissime.  C’era da aspettarselo. I media on line, le radio e le tv, prima che i rispettivi fratelli di carta facessero la stessa cosa poche ore dopo nelle edicole, hanno retroalimentato e amplificato il clamore fino a generare preoccupazione nei partiti. Questi hanno cominciato a correre da un comunicato a un’intervista, da una nota a un tweet, nel tentativo di riuscire a far sì che il fuoco non diventasse rogo. Era però evidente, come recita l’adagio – “infanga, qualcosa resta”  che il danno era già stato fatto.
  Conclusione? Beh, che ancora una volta la demagogia, la disinformazione, il titolo ruvido, la rapidità di Internet e altri ingredienti hanno montato il circo. Poco importa se la misura votata nell’europarlamento non avrebbe potuto cambiare nulla e che lo statuto del parlamentare europeo, voli in business compresi, può essere modificato solo con altri procedimenti.
  È evidente che nessuno ne esce indenne. In questo surriscaldamento dei basic instincts del linciaggio on line, politici e media hanno avuto precise responsabilità. Per la solenne inopportunità i primi, per la facile demagogia quelli della mia professione.

4 comentarios:

  1. Anónimo8/4/11 10:29

    De acuerdo, no será esa la manera de modificar la situación y también es verdad que a un diputado europeo hay que pagarle bien. Pero habría que prohibirle otras actividades y no estaría mal, en momentos como estos, que lanzaran mensajes de austeridad. Los símbolos también tienen su importancia.
    Un soriano perplejo.

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  2. Anónimo8/4/11 20:47

    Lo peor de todo esto es que estamos hablando de diputados, no todos, que a menudo han sido enviados a Europa por partidos que necesitaban quitárselos de encima. También hay que decir que el parlamento europeo, siendo necesario, no brilla por su actividad determinante en los asuntos de los ciudadanos. Y a los medios les diría que no sean hipócritas: sólo se ocupan del parlamento de Estrasburgo cuando hay un asunto polémico o un escándalo.
    Vamos, que nadie se haga el inocente.
    Alicia Huertas

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  3. Anónimo9/4/11 17:20

    Muy bien, pero nada de concesiones a unos parlamentarios que, en su mayoría, no me parece que se ganen el sueldo. Ni siquiera saben cuidar su imagen ni tienen el don de la oportunidad.
    Jaime Orellana

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  4. Habría que pagarles muy bien y luego prohibir otras actividades durante el mandato. Y que sus cuentas sean transparentes. ¿Para qué queremos buenos políticos si los mejores pueden ganar más en la empresa privada?
    Jaime

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